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Opinion column

Escuelas de derecho: reinvención necesaria

En un reciente artículo publicado en el BLOG “AbovetheLaw” y escrito por Jeff Bennion, Of Counsel de Estey&Bomberger LLP, se analiza la interacción entre un alumno de derecho que requiere completar sus estudios con horas de práctica pro bono y la necesidad de un estudio jurídico tradicional, lo que conlleva una observación crítica respecto de la educación del derecho.

En el pasado ya hemos escrito sobre nuestra visión del abogado del futuro y respecto de las herramientas y competencias de que debiese dotarse a un alumno de derecho. Con todo, creo que el artículo en cuestión complementa de buena forma esa visión.

El análisis contenido en este artículo se sustenta en una ejemplificación vinculada con la siguiente situación: si un estudiante llama a un estudio de abogados diciendo: “Necesito complementar mi educación legal con 50 horas extra, ¿puedo trabajar en uno de sus expedientes por una semana?” A la firma legal le tomará 15 horas supervisarlo y probablemente 10 horas más en rehacer un proyecto que tomaría sólo de 10 horas hacerlo en una primera instancia sin ese alumno interviniendo, a menos que la tarea consista en sacar los corchetes de los documentos para escanear, lo cual, sin lugar a dudas, no supone realmente fomentar la educación de ese alumno. Entonces, para un estudio de abogados la presencia del alumno no implica ningún tipo de beneficio en la eficiencia del proceso. Por tanto, cabe cuestionarse si efectivamente horas de trabajo complementan la educación de los estudiantes de derecho. Ahora bien, no obstante lo válido que puede ser esta pregunta, probablemente no es la más correcta, sino que en realidad lo que debiésemos preguntarnos es: ¿cómo es posible que alguien que pague por una carrera e invierta varios años de estudio en la misma, egrese con la necesidad de, por ejemplo, ejecutar 6 meses de práctica gratuita para aprender lo básico y validar lo aprendido en teoría?

No es un secreto que la escuela de derecho no prepara para enfrentar el mundo real. De hecho, muchos abogados se jactan de que su currículum sea muy teórico, académico y filosófico y no consideran asuntos cotidianos. Imaginemos que los doctores se graduaran sólo con un entendimiento filosófico de situaciones hipotéticas de cuándo sería o no apropiado prescribir antibióticos. Claramente no es así; los estudiantes de medicina practican con cadáveres y realizan tareas reales con sus propias manos. Así también debería suceder con la educación impartida en las escuelas de derecho.

Por otra parte, la falta de educación práctica hace difícil a los abogados recién egresados encontrar trabajos atractivos, desafiantes y que los motiven. Asimismo, los obliga a requerir años de entrenamiento on the job antes de ser eficientes.

Hoy, la misión de las escuelas de derecho es convertirte en una persona más inteligente y analítica y, una vez que seas lo suficientemente inteligente, puedas utilizar Lexis nexis o Westlaw. Pero, ¿no sería mejor si en vez de enseñar sólo una rama de lo que se necesita saber, las escuelas de derecho enseñaran todo lo que se necesita saber? O al menos los cimientos de lo que se requiere saber.

A continuación, algunas sugerenciasque rescatamos del autor y que nos hemos tomado la libertad de complementar en relación con temas prácticos que los abogados deberían saber antes de graduarse:

  • Cómo cobrar por su tiempo, hacer borradores y usar software de facturas.
  • Cómo redactar un correo electrónico de manera que no se vea como si estuvieras exponiendo una moción.
  • Cómo redactar un memorándum.
  • Cómo preparar una defensa.
  • Cómo entregar argumentos orales persuasivos y negociar.
  • Cómo ser un abogado exitoso y buena persona a la vez.
  • Cómo incorporar la tecnología en hacer más eficiente el trabajo.
  • Cómo comprender qué es un proceso, un modelo de negocios, una estrategia.
  • Cómo liderar un equipo e interactuar con los pares.
  • Cómo evaluar los riesgos, medirlos y controlarlos.

Andrés Jara B.

CEO Alster Legal

ajara@18.209.34.37