Los abogados cuentan con numerosas alternativas a la carrera tradicional. Exploramos algunas opciones laborales, fuera de la clásica firma legal.
Oficinas lujosas en rascacielos, trajes impecables y horas interminables de trabajo nocturno. La típica postal de la vida de un abogado, que bien podría salir de la serie Suits, se está esfumando. El teletrabajo, la inteligencia artificial, los nuevos jugadores en la industria y un cliente mucho más protagonista, son tan solo algunos factores que están transformando el ejercicio de una de las profesiones más antiguas (y resistentes al cambio).
La renovación era inminente aun antes de la pandemia. Lo que hizo el coronavirus fue acelerar el reloj y dejar al descubierto la necesidad de adaptarse. La mejor noticia es que los abogados cuentan hoy con un amplio abanico de opciones laborales, más allá de trabajar en una firma legal. Tienen la oportunidad de ser emprendedores en campos apenas explorados pero, para lograrlo y destacarse, necesitarán más que un título. Este último será el punto de partida, ya que la “nueva normalidad” les exigirá habilidades que, lamentablemente, no suelen adquirirse en la escuela de leyes.
“Hoy, para sobresalir, un abogado debe complementar su formación técnica con habilidades y competencias que le permitan entender mejor los negocios, adaptarse con más flexibilidad a los cambios y adquirir técnicas vinculadas a la administración efectiva de proyectos”, opina Andrés Jara, CEO de Alster.
Esquiando fuera de pista
En este nuevo escenario de la industria legal, los clientes son los amos del mercado. Antes, las firmas legales proveían servicios estándar que las personas contrataban. Ahora, son los clientes quienes postulan las necesidades y buscan al proveedor idóneo para satisfacerlas. Demandan soluciones más accesibles, de gran calidad y utilizando la menor cantidad de recursos posible.
En consecuencia, emergen nuevos jugadores: estudios jurídicos más pequeños, abogados internos y proveedores de servicios legales no tradicionales (ALSP, por sus siglas en inglés).
Los ALSP, categoría donde se enmarca Alster, fusionan capacidades legales, de negocio y tecnológicas, para brindar los servicios de una firma pero a un menor costo, y con mayor flexibilidad o velocidad.
Por otra parte, afloran las soluciones tecnológicas on demand: sitios de descarga y acceso a documentos legales, consultorios online, suscripciones para asesoramiento por teléfono o email, chatbots que responden a dudas legales, y más.
La automatización sin dudas recorta opciones laborales, pero también crea la necesidad de nuevos roles. Las nuevas herramientas de legaltech requieren abogados especialistas en inteligencia artificial, que sepan sobre su funcionamiento y sus riesgos, y puedan actuar en su regulación para proteger derechos fundamentales. Un chatbot debe ser programado por un experto en leyes que le provea el contenido.
El campo del cyberlaw también demanda profesionales preparados para dar respuesta a nuevos interrogantes. La tecnología necesita ética y abogados para garantizar los derechos personales en la cibersociedad. Protección de datos, compliance, propiedad intelectual digital y cibercrimen son algunas opciones para especializarse.
En el plano de las empresas, saber de negocios y de project management, junto con un buen dominio de la tecnología, son cualidades claves. Los mejores abogados corporativos serán aquellos que operen como consejeros y socios comerciales de las compañías, anticipándose a los problemas e ideando soluciones más allá del terreno legal.
Un abogado puede convertirse en un gerente de crisis, un diseñador de procesos legales, un gerente de proyectos, un experto en cadena de suministro, un analista de datos o un gerente de riesgos, entre otros, enumera el experto Mark Cohen, en un artículo de Forbes.
La flexibilidad llegó para quedarse
Es posible que en un escenario de “nueva normalidad” post pandemia, los despachos no vuelvan a ser lo que eran. Muchos abogados entendieron que la productividad no se mide por la cantidad de horas en la oficina. El teletrabajo ha llevado a replantearse qué significa la eficiencia y cómo alcanzarla.
“La crisis actual está cambiando la forma en que nuestra tarea es ejecutada y cómo se entrega el resultado. El trabajo remoto, sumado al distanciamiento social, generan una necesidad creciente de tecnología y de cambio en los métodos de liderazgo, autogestión, administración del tiempo y, finalmente, productividad”, describe Jara.
La preciada flexibilidad que hoy está en boca de todos ya era, antes del Covid-19, una exigencia de las nuevas generaciones que se incorporaban en el mercado laboral. En respuesta, fruto de años de investigación para comprender las necesidades de los equipos legales actuales, Alster Legal creó el producto Flexible Legal Talent® (FLT®).
“La tendencia global asociada a la flexibilidad laboral, el trabajo remoto y la tecnología como herramienta para un adecuado desempeño es una realidad desde hace más de una década, pero no se veía reflejada en el entorno latinoamericano de la abogacía”, señala Jara.
FLT® es la primera red de abogados independientes para empresas y áreas legales, que cuentan con las capacidades y competencias para adaptarse al entorno laboral donde se inserten. “Es un servicio en formato flexible, de veloz inducción y bajo costo de transacción”, resalta el CEO de Alster.
No todo es tecnología
Sí, los abogados son y serán cada vez más digitales. La automatización, el teletrabajo y las nuevas tecnologías impactan en su tarea. Pero esto no implica que los conocimientos tecnológicos sean lo único que destacará a los profesionales del futuro.
La sociedad actual demanda una mayor cercanía, algo que se logra, sobre todo, con comunicación. En este contexto, surge la tendencia a utilizar un lenguaje claro tanto escrito como verbal.
En esencia, el foco debe estar puesto en las personas, los clientes, que acuden a los servicios de justicia para custodiar o defender sus derechos. La tecnología podrá suplir a los letrados en tareas mecánicas y repetitivas, pero su criterio holístico, su consejo y sus habilidades interpersonales, comunicativas y de liderazgo, seguirán siendo tanto o más importantes que en la actualidad.
Alster, se encuentra constantemente construyendo una comunidad de abogados decididos a ejercer el derecho de forma innovadora. Si quieres ser parte de ella puedes postular a través de este link.
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