Una solución “plug-and-play” eficaz para Grupo EMASA

Sebastián Martínez, Gerente Corporativo de Personas y Legal de Grupo EMASA, cuenta qué los motivó a contratar la solución Flexible Legal Talent de Alster y cuáles fueron los resultados

La situación demandaba una respuesta inmediata. La fiscalía de Grupo Emasa, comercializadora de repuestos y accesorios para vehículos, equipamiento para talleres y revisiones técnicas, quedaba vacante. Era imperioso contar lo antes posible con un talento legal que pudiera proveer soluciones diarias.

Entonces, la compañía optó por contratar el servicio Flexible Legal Talent de Alster, que provee abogados “on demand”.

“Necesitábamos una ayuda transitoria, específica, con situaciones que se presentaban en el día a día”, explicó Sebastián Martínez, Gerente Corporativo de Personas y Legal. “Flexible Legal Talent fue una solución plug-and-play, que respondió a lo que requeríamos en ese minuto”.

Martínez resaltó dos ventajas de trabajar con Alster: el dinamismo del proceso y el profundo entendimiento de la compañía.

“Por un lado, nos propusieron rápidamente tres candidatos posibles, los entrevistamos de un día para el otro y pudimos solucionar la salida de la fiscalía anterior. Por otro lado, la selección de esas personas, entendiendo nuestra cultura y nuestra necesidad, dio en el clavo. El valor generado fue tener la respuesta correcta, en el tiempo adecuado y según nuestra necesidad”, destacó.

Martínez, además, recalcó el enorme beneficio de una comunicación clara, fluida y eficaz con el equipo de Alster. “Al trabajar con estudios de abogados que te asesoran, los tiempos son muy distintos en términos de pedir una reunión o esperar a que te respondan un correo cuando necesitas una asesoría inmediata o revisar un contrato, por ejemplo. Eso con Alster funcionó muy rápido y muy bien”, comentó.

“Armar una fiscalía, dar con la persona que entienda el negocio, buscar un estudio de abogados que funcione con esa velocidad… es difícil. Esta digitalización de la solución ‘plug-and-play’ de Alster es súper interesante”, agregó Martínez.

Al mismo tiempo, subrayó que lo digital no le resta calidad humana y personalización al servicio: “Siempre están en contacto, reuniéndose, comunicando lo que se hizo y los costos, de una manera transparente”.

Es un negocio bien atendido y en donde explican desde el inicio  su compañía y su forma de trabajar. Entrevistaron a las personas de la empresa y nos dieron recomendaciones de cómo deberíamos funcionar, a partir de entender muy bien lo que necesitábamos”, afirmó el ejecutivo.

“Claramente, recomendaría Alster a cualquier empresa pequeña, mediana o grande que necesite resolver sus problemas jurídicos del día a día o incluso más complejos”, concluyó.

Legal Project Management: Explorando el terreno en la gestión de proyectos legales

Si pudiéramos resumir lo que nos dejó el 2020, Mike Tyson dio en el clavo con su célebre frase “Everyone has a plan until they get punched in the face”. Sin duda la pandemia causó cambios estructurales en la forma de trabajar que impactaron de forma transversal a todas las industrias incluido el mercado de los servicios legales.

El declive del modelo de facturación por horas, la cultura de presencialismo y la irrupción de modelos como el “Delta Lawyer”, han sacudido los cimientos de un mercado conservador y adverso al cambio que ha sufrido un aterrizaje forzoso en el mundo de la innovación.

Mucho se ha hablado de legaltech y el empuje de los procesos de digitalización de los equipos legales, sin embargo, poco se ha dicho sobre la “dimensión humana de la innovación” donde nos encontramos con disciplinas propias del mundo de los negocios como la gestión de proyectos legales o Legal Project Management (LPM), un terreno poco explorado por los profesionales del Derecho.

Como referencia histórica sólo diremos que el LPM comenzó a permear en el mercado legal durante la crisis económica de 2008, donde los clientes necesitaban un mayor control sobre los precios e inmediatez de respuesta de sus abogados. Según Anna Marra, Legal Project Management Global Advisory Council (LPMGAC) del International Institute of Legal Project Management, “es un cuerpo de conocimientos, técnicas, herramientas y habilidades propias del project management y adaptadas al entorno jurídico”[1]

Imaginemos que necesitamos gestionar un megaproyecto de construcción en el que interactúan diversas áreas de un cliente, varios contratistas y supervisores, que tiene además una fecha inamovible de entrega de distintas edificaciones en distintos lugares. Veamos un caso real: en el 2019, el gobierno peruano creó un régimen legal especial que permitió la instalación de un PMO (Project management office), algo nunca antes visto en la ejecución de obras públicas en Perú, que desempeñó exitosamente el rol de coordinar con los cientos de contratistas el reforzamiento y construcción de la infraestructura deportiva en el país para la celebración de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos en Perú. La intervención del PMO resultó clave para el cumplimiento de los plazos y el evento fue todo un éxito.

Ahora cambiemos el término “construcción” por el de “servicios” ¿Suena conocido? ¡Claro que sí! Los abogados conocen el desafío que implica gestionar los servicios legales prestados por una gerencia legal a otra área de la organización (cliente interno) o por parte de una firma de abogados a una organización o persona natural (cliente externo). ¿Cómo lograrlo? La respuesta está en el LPM.

Si bien el uso de LPM está bastante desarrollado en jurisdicciones como Estados Unidos y el norte de Europa, España y Latinoamérica no se quedan atrás. De la mano del NewLaw y ALSPs que han irrumpido con modelos de innovación disruptivos como Alster, el uso del LPM para gestionar todos sus asuntos aporta un invaluable valor no sólo de cara al usuario final, sino que a todo el equipo a cargo de un determinado proyecto.

Distintos sabores para diversos paladares ¿Waterfall PM, Lean Six Sigma o Kanban?

No hace falta casarse con sólo una de estas fórmulas, todas aportan ventajas dependiendo de la fisonomía del asunto a tratar:

  1. El enfoque tradicional de PMBOK o “waterfall” se adapta mejor a asuntos complejos y de larga data con un gran número de tareas; consiste en definir los objetivos, alcance, la planificación, ejecución, monitorización del avance y revisión.
  2. Lean Six Sigma trae como consigna reducir costos y eliminar todo aquello que no agrega valor al usuario. Ejemplos son estrategias de reducción del tiempo de respuesta y de excesiva burocracia interna.
  3. Kanban es el método que mejor funciona, debido a su aparente simpleza y componente visual. Muy útil para una planificación diaria o semanal de tareas, tanto en su variante “upstream” como “downstream”.

El método y herramienta idónea dependerá del objetivo (mejorar los plazos, mejorar la rentabilidad, crear nuevos productos legales; mejorar las ventas; etc.). El LPM permite incorporar herramientas de gestión a los abogados para tomar decisiones con una mirada integral del objetivo en curso y una visión estratégica a largo plazo.

Con relación a los abogados se suele decir que “es mejor un mal acuerdo que un buen juicio” pero ¿Qué tal si reformulamos esa frase y decimos “cualquier planificación es preferible al mejor de los acuerdos”? Investigar, planificar, establecer plazos y costos y, posteriormente, gestionar los eventos que se presentan durante la ejecución de un proyecto son habilidades que el LPM inserta al mundo legal. En ese sentido, el principal atributo del LPM es que aporta metodología a los abogados para potenciar sus habilidades gerenciales, lo cual es un elemento diferenciador pues es la herramienta clave para convertir las ideas en realidades.

Por esta razón, vemos con entusiasmo y expectación como durante estos últimos meses ha crecido el interés tanto de los estudiantes de derecho y abogados latinoamericanos por aprender más sobre este cambio de paradigma que es el LPM. Bajo el paraguas de las Legal Operations, que de acuerdo al CLOC (Corporate Legal Operations Consortium) y tal como lo indica Eugenia Navarro en su artículo ¿Qué son las Legal Operations? de junio del año pasado para Expansión: “El Project management es una cultura de trabajo basada en la planificación, ayuda a encontrar indicadores de mejora, a medir tiempos y a establecer los mejores equipos para cada caso”[2].

LPM ha llegado para quedarse, ¿Qué esperas para ponerlo en práctica? En Alster te acompañamos en este camino hacia la mejora continua de tu negocio o gerencia legal.

Si necesitas mayor información sobre LPM y como aplicarlo en tu compañía, contáctanos.

[1] https://www.annamarra.es/lpm

[2] https://www.expansion.com/blogs/navarro/2020/06/16/que-son-las-legal-operations.html